Tras unas semanas de agotamiento por culpa de los exámenes, bajé las escaleras y observé a mi hermano mayor que terminaba de limpiar el borde de la piscina.
Había puesto unas tumbonas al lado derecho de la piscina y al lado izquierdo una ducha.
Se hallaba tres escaleras para bajar a la zona de la piscina.
Donde yo estaba había una mesa y una barbacoa en frente de ésta.Mi padre y mi hermano también habían bajado un congelador que estorbaba dentro de la casa.
-Vamos a hacer esta tarde-noche una comilona-me dijo mi hermano Daniel al darse cuenta de que iba hacia él.
-¿Para inaugurar la piscina ?- sonreí y luego añadí: ¿Quiénes vienen?
-Pues vienen los tíos, los primos y no sé si va a venir la madrina y el padrino de mamá.
-Aaanh.
Por la tarde-noche:
Se encontraban mis tíos/as, mi abuelo y mis padres charlando de todo un poco.En la mesa que tenían delante había platos con todo tipo de embutidos, vasos llenos de coca cola, fanta, agua... depende de cada persona.
En la parte de la piscina estábamos todos los primos sentados en las tumbonas y los que no, en un sofá que habían bajado del salón.
-Bueno, pues eso, ¿de verdad que no sabías que yo cuando era chica, antes que naciera Elena y Ana estuve más de un mes viviendo aquí?-le decía Beatriz, una de mis primas a Gabriel, uno de mis primos.
- y dándome la lata-comentó Daniel mirando a Beatriz.
Gabriel tenía 12 años,era bajo para su edad ,moreno y de ojos marrones.
Beatriz tenía 20 años aunque no los aparentaba, el cabello castaño y los ojos marrones.
-Oye que yo no te daba la lata, más bien eras tú el que me daba por culo quitándome las muñecas y tirándolas a la basura-se defendió.
-¡Venga ya! Te recuerdo que me pillaste un dedo con la puerta.
-Sabes que fue sin querer. No tenía luces.
-Ni antes ni ahora-masculló Daniel.
De fondo se escuchaba las carcajadas de Nerea. Otra de mis primas.Ésta había cumplido 24 años.Tenía el cabello moreno y rizado, ojos verdes grisáceos y unas gafas negras.
Un primo de mi padre llamado Bruno se acercó a mí con un trozo de queso en la mano.
-Toma, para tí-me afreció el trozo de queso.
Estaba borracho.
-No quiero. Gracias.
-Toma-insistió.
-¡Qué no quiero!
-Toma si está muy bueno.
-Yo sé que está bueno.Lo he probado ¿sabes?
-Pues entonces toma.
<<Joder, que pesado>>
Cuando iba a aceptarlo a ver si ya me dejaba en paz Daniel le dijo enfadado:
-Te ha dicho que no lo quiere. Cómetelo tú.
Después de un tiempo lleno de risas por parte de todos y Daniel preguntándo:"Pero bueno, ¿yo que soy el cocinero o qué?" cuando los tíos le decía:"¡Danieel que se quema los filetes!" se fueron todos.
Estaba sentada en el suelo al lado de la piscina mientras Daniel y mis padres recogían todo.
Mi hermano mayor se acercó al percatarse de que yo estaba llorando y me preguntó:
-Ana,¿qué te pasa?
Daniel se sentó en el suelo junto a mí esperando que le diera una respuesta.
-Es por el tonto de Bruno. Cada vez que me ve empieza a molestarme. Luego cuando nos vemos otra vez me pregunta que por qué estoy enfadada con él. Lo más sorprendente es que no le hace falta estar borracho para comportarse así-añadí.
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